Mujer que conquista!
No, no son huevo kínder gemelos… ¡aunque casi! Hoy os presento uno de los secretos mejor guardados del vino de calidad: el Ovoide.

¿Sabemos lo que significa un vino sobre lías? (sobre todo en blancos). Básicamente, tras la fermentación, las levaduras muertas se quedan en el vino, y lejos de ser un problema… ¡son un regalo!
El “huevo de hormigón” es el lugar perfecto para este tipo de crianza. Su forma favorece la circulación natural del vino, sin necesidad de remover, manteniendo las lías siempre en suspensión. Y aquí el material también juega su papel: el hormigón aporta microoxigenación, sin dar aromas de madera, y además mantiene la temperatura de forma ideal.
¿El resultado? Vinos con más complejidad, textura untuosa y un carácter que sorprende copa tras copa.
¿Y por qué tanta charla sobre los huevos de hormigón? Pues porque anoche tuve el gustazo (con mayúsculas) de probar el Margarita Duque. Un vino que no es solo recomendable… ¡es obligatorio! Perfecto para borrar de tu cabeza ese estándar de “sabor Rueda” que muchos damos por hecho.
En vinosgarciaduque.es lo han vuelto a hacer: destacar, sorprender y dejarte con ganas de otra copa. Y ojo, porque aunque su Octavo es un vinazo, aquí la que merece todos los aplausos es Margarita.
¿La pega? Que no lo vas a ver en cualquier estantería de supermercado. ¿La suerte? Que cuando lo encuentres, vas a agradecer que sea un tesoro escondido… porque no vas a querer que se acabe nunca.
